Destruir

¿Nunca os pasa? ¿Nunca os han entrado ganas de destruir nada? ¿De tirarlo por la ventana? ¿De pisotearlo como si se tratara del Cristiano Ronaldo? ¿De clavarle un buen petardazo de trinitrotolueno?

¿Que no? Anda venga, no mintáis. Seguro que hay algo que os activa la vena agresiva. Fíjate tú, que incluso a mí, que me considero una persona bastante pacífica, hay veces que los nervios me gastan malas pasadas. Y no, no me refiero al tío de la ONCE que berreaba debajo de casa (¡y que ya no está! SÍIIIIIIIIIIII ¡Fiesta, drogas y alcohol!), ni me refiero al despertador de mi hermano. Con él este año, sorprendentemente, no tengo demasiados problemas (¿duermo más profundamente quizá? ¿me he acostumbrado? ¿soy sonámbulo y me lo cargué una noche de (placentera) violencia gratuita?)  No señores, no. Hablo de esto:

Mi actual impresora

Sí, hoy tengo ganas de rajar de este trasto. Bueno, hoy no, el domingo pasado, pero por extensión también hoy. ¿Qué? Llevo varios meses sin rajar demasiado de casi nadie/nada. ¡No es culpa mía! Es mi subconsciente, que me hace actuar así. ¿Que qué me ha hecho la impresora? Bueno, no sé si recordaréis mi idilio con los mp3, que de todas maneras podéis revisar pinchando encima de esta corta línea

El domingo pasado, me tiré imprimiendo hora y media. Así que no tenía que pensar demasiado para idear esta entrada. Porque el domingo pasado, primero decidió que, en una impresión a dos caras, la segunda cara del documento que tenía en cola no la pensaba imprimir. Que oye, la opinión de la impresora me parece respetable, así que yo le dí a cancelar impresión. Iluso de mí, si le das a cancelar impresión lo único que hace es no cancelarla nunca y calar la impresora. De todas maneras, yo ya estoy acostumbrado a tratar con ella, como veréis, así que reinicié el ordenador. Nada más arrancar, la impresora decidió pillar todo el taco de hojas de papel que había puesto y quedarse trabada. Tras destrabarla, siguió imprimiendo... la segunda cara de antes que se supone que estaba cancelada. ¿Espectacular? No mucho, de momento. Además, aunque lo fuera, bueno, mi impresora es así. 

Un sudor frío recorre mi frente cada vez que pulso ahí...

¡Mierda! Pero es que no he especificado de qué impresora hablo. Bueno, a ver. Después de que Laura me hiciera el favor de formatearme el ordenador, esto ya no me ha vuelto a pasar. Pero es que yo he llegado a tener instalada cinco veces en el mismo ordenador la misma impresora. Sí sí, tal cual. Tú la encendías, te decía que "no la detectaba" y se ponía a instalarse. El programa de instalación molaba demasiado: tenías que dar con la combinación correcta de "continuar" y "cancelar" que hacía que la impresora se instalara, con una clara predominancia del botón "cancelar" en el proceso. Pero al final, con paciencia, la instalabas. Si tenías suerte, y no decidía volverse a instalar otra vez, pues pasaba que había que elegir impresora para imprimir. ¡Ostras! ¿Y ahora qué hago? Claro, entendedme, llegaba un punto en el que iba por "HP Photosmart [7]" en el que tú ibas flipando. ¿Qué impresora, de entre tooodas las que tengo instaladas, es la que está encendida en estos momentos?  

Sí sí, porque claro. Tenías instalada un montón de veces la misma impresora, pero sólo detectaba como encendida una, ¿cuál? Bueno, habitualmente la última en ser instalada. Pero claro, había programas que no detectaban esta última instalación y no te imprimían porque no seleccionabas la impresora de turno. Guay. 

De todas maneras, no había problema: de vez en cuando, todas y cada una de las versiones de la impresora desaparecían. Había veces que sí, desinstalaba mi impresora (las no "activas" en esos instantes, dejando la última versión. No sé si me explico XD) por completo, pero había otras que lo hacía sola. Pero bueno oye, qué tampoco está mal eh.

Mi antigua impresora

Quiero decir, que es que esta impresora en comparación con la antigua es la leche. En el trasto antiguo, ¡iluso de quien pretendiera imprimir un documento a la primera! Como poco, y digo como poco porque en fin, te pillaba varias hojas y te las trataba de imprimir. De todas maneras, la situación más enorme que recuerdo es cuando cogía, pillaba una hoja completamente lisa y la sacaba tal que así:

Por si no os carga la imagen: hecha una MIERDA. Si tenéis la suerte de que os cargue la imagen, os puedo decir que la dejaba sin forma de pelota, pero a cambio puedo garantizar que llegaba a rasgarla de lo bien que la arrugaba. El sonido del proceso era genial ^^ ¡Tendríais que haberlo oído!

Pero bueno, desgraciadamente no recuerdo las más divertidas anécdotas de mi antigua impresora, y tampoco he contado todas las de la nueva. Pero hoyga, que ya llevo un buen tocho. Así que sólo puedo decir: ¡No trabajaré en una copistería! XD

¡A ser felices! ^^

- Buenas tardes. ¿Me puede hacer una imprimisión?

- En la impresora pone que "Hay que cambiar el papel", ¿qué hago para que funcione?

- La impresora no me imprime correctamente.
- ¿Es en color? 
- No, es blanca.