sábado, 2 de octubre de 2010

Un hombre tonto

Como se decía en la película: Tonto -> "Es aquel que dice tonterías" Por tanto, vaya por delante que es en ese sentido de la palabra en el que va esta entrada. Porque aunque deseara hacerlo en el sentido peyorativo de la misma, eso sería rebajarme a un nivel que no pienso alcanzar.

Bien, hecha esta introducción, cualquier lector se preguntará "¿quién es el hombre tonto?"  Os voy a dar pistas: escribe en El Mundo. No sé exactamente en qué parte del periódico, pero escribe en El Mundo. Bueno, lo de escribe me sabe mal decirlo así, yo que soy un amante de la escritura, pero desgraciadamente con la palabra también se pueden cometer crímenes contra el buen gusto. Siguiente pista: su sección parece llamarse "Guantánamo" y su lema reza "Escribir es meterse en problemas" Y como ahora mismo veréis, la susodicha frase tiene más razón que un santo. Mi opinión personal va un poco más allá, pero no pretendo cruzar esa raya. ¿Adivináis ya quién puede ser? Sigo.


Sabéis que mi última entrada versó sobre la muerte de José Antonio Labordeta. De hecho, hoy pretendía cambiar radicalmente de tema, pero no puedo permitírmelo. Lamentablemente, hoy voy a saltarle a alguien a quien creo, personalmente, que se debería ignorar. Eso lo dejo a vuestro libre juicio. Porque esta entrada de hoy tiene que ver con él. Porque pienso dejarle en evidencia delante de cuanta más gente, mejor. ¿Seguís sin saber quién es?

Si no lo habéis deducido aún, consideraos afortunados. No conocéis a mi hombre tonto de hoy, que no es otro sino Salva-dor Sos-tres. Lo siento, no quiero tener en mi blog por completo su nombre y tampoco pienso copiar una sola letra de sus artículos. En mi opinión, este blog tiene mucho más estilo y elegancia.

Pero sí pienso dejar que os forméis opinión. Porque dos días después de morir José Antonio Labordeta (y sí, con todas y cada una de sus letras) este hombre tuvo la... voy a definirlo como osadía, de publicar esto en la edición del Mundo. Querido lector, léelo y ahora comprenderás porque le llamo hombre tonto, y entenderás que tonto es el que dice tonterías, y que no la empleo para nada de manera peyorativa. Porque la sarta de lo tildaré de ocurrencias (por no repetir la palabra tonterías) que suelta en unos pocos párrafos es digna de estudio.

 

Aparte de que la idea de abolir el campo es completamente... completamente... joder tíos, es que no tengo palabras. Aparte del hecho de que un cantante sea de izquierdas o de derechas, ¿qué más da? Si lo que canta te gusta, fuera ideologías. Que me dices que la letra tiene un alto contenido ideológico pues tira que te va, pero... no sé, es que no se lo veo. Aparte de esto (entre otras cosicas), ¿pero se puede saber cómo ha podido publicar algo así? ¿Dónde quedó el respeto ya no por las personas, si no por los recientemente muertos? Flipa tú. Absolutamente impactante. Y... no David, no sigas. No sigas por ahí, y vuelve al cauce, que te me desmadras.

Ehem, sigo. Los comentarios que recibió eran, pues bueno, en general sorprendentemente respetuosos (acostumbrado a leer a los auténticos borregos que circulan por marcas y compañía...), y en esencia mucha gente le decía que debía disculparse. Ni corto ni perezoso, ayer publicaba el artículo "Un cantante de derechas", mucho más corto... y que lo remata metiendo aún más la gamba. Apoteósica penúltima frase.

Juzgad vosotros mismos. Ojalá se disculpe...



Los buenos escritores -no hace falta repetirlo- son aquellos que saben siempre, exactamente, cuándo no deben escribir - Roger Wolfe
 

3 comentarios:

Milú el Bárbaro dijo...

Asfalto necesitamos, asfalto!

Verso dijo...

Me enteré de esto gracias a El Intermedio. Por lo visto, acerca del terremoto de Haití dijo que era una forma como otra cualquiera de "limpiar el mundo", que los muertos tenían la suerte de no seguir viviendo en el Haití post-terremoto y que si eso hubiera pasado en Europa, entonces "sí habría sido un drama".
Espero que este señor no piense realmente lo que escribe, si no que semejantes burradas obedezcan una táctica para llamar la atención.
Aunque sigue sin ser una excusa

Rubén dijo...

Menudo tonto del bote