Pero no quiero que perdáis la oportunidad de leer la recopilación de "las aventuras de PaXo", el súperhéroe por excelencia de nuestra ciudad, personificación del dios Pagellus cuyo dominio expande por los bosques de los nuevos mundos.
En fin, os pongo en situación. Estamos en la 4ª Guerra Civil de Guttburgo, un relato en que cada forero podía participar en la historia participando a su antojo, modificando lo que quisiera en sus post y avanzando así en la trama. Un buen día, al forero llamado PaXo (y que ha desaparecido ya hace un par de añetes casi... ¿qué será de él?) le dió por participar en este relato en grupo. Esta es la recopilación de sus intervenciones.
Disfrutad del sin duda mejor relato de fantasía épica de vuestras vidas. ¡Que comience el chow!
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Paxo, el robavidas, asi me llamaban mis antiguos compañeros de batallas, soy ese el que nunca le ves pero siempre te asesina, compañero ahora del gran konrad. Esperaba ser el mejor asesino pero no era posible, una trifulca con el gran konrad me habia devilitado hace ya mucho. Momentos antes de partir Konrad hacia L'Anguille, me dijo en tono sarcastico:
- Eres de muy buena ayuda.
Yo siguiendo su indirecta, me largue de aquel asqueroso despacho hacia mi humilde hogar en el barrio elfico, escondido como mi toda vida. Por las noches salía de incognito vestido de coloridas ropas de altos elfos, matando a varios de ellos. Yo ya habia planeado ya ha mucho desaparecer entre las sombras y emerger para derrotar a mis archienemigos los altos elfos.
PaXo seguía sus costumbres diarias, matar a unos cuantos altos elfos, comer y dormir, mientras los demás hacían todo lo posible contra el aproximamiento del caos. PaXo cambió su rutina de matar altos elfos, y avanzó hasta un puesto de guardia en la zona de donde se aproximaba el caos. Vio que eran miles. Bajó del puesto de guardia, y marchó hacia las tropas del caos. Iban por un claro entre dos bosques, uno a la derecha y otro a la izquierda. PaXo se metió en un bosque y salió por un flanco de las hordas del caos, se infiltró en las tropas. Avanzó un extenso trecho hasta que el campeon de la unidad donde estaba infiltrado le preguntó que que quien era. PaXo sin decir palabra, le mató y le dejo en el suelo tendido, los demás al darse cuenta fueron a por él, PaXo mató a unos cuantos antes de esconderse en el bosque. Una tropa le buscó por todo el bosque pero no le encontraron.
CROQUIS: (la línea negra muestra la trayectoria de PaXo, lo verde es bosque) (me lo dibujó cuando intenté insinuarle que lo que estaba contando no era realista)
PaXo el robavidas, se veía indignado por haber huido del combate, a si que siguiendo su instinto volvío sobre sus pasos para volver a las hordas del caos. Cuando llego a las tropas del caos, inicio una trifulca con un campeon de una unidad de barbaros del caos. Al estilo de un heroe, como Malekith, el solo mato a la unidad entera de barbaros del caos, al verlo los demas, fueron todos a por él. Como era claro, este acabo malherido y un paladin del caos ordeno sacrificarlo a sus dioses. PaXo que seguía vivo, mato a sus raptores antes de ser sacrificado. Escapo pero muy malherido a si que marcho hacia la ciudad de Guttburgo. Allí pedió ayuda a un mago alto elfo, que PaXo conocia hace ya mucho. Al llegar el mago alto elfo que se llamaba Maltrius me cogio de los brazos y me ayudo a bajar hasta su laboratorio donde investigaba enfermedades y buscaba nuevas pociones. Maltrius me dio una pocion y al cabo de escaso 10 minutos ya estaba bien. PaXo le dio las gracias y se marcho y como toda su vida volvio a esconderse.
Kazian (otro forero) escribió, más adelante en el relato:
Un personaje salió a escena colgado de una liana, gritando ¡banzai! Cayó en medio del grupo de hombres bestia y, tras matar al Campeón con solo una mirada, descuartizó en cuestión de segundos a la banda de hombres bestia. El personaje se acercó a Konrad.
-Buenos días. Mi nombre es Paxo. Ando por los bosques aniquilando Campeones y unidades del Caos sin sufrir un rasguño, para luego salir por patas y ocultarme de nuevo en el bosque. Adiós.
Y, acto seguido, el tal Paxo se lanzó al bosque, desapareciendo tan rápido como había aparecido.
-Bueno, ¡ejem! -dijo Konrad -sigamos
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(el mejor de los muchos cartelitos que he visto de con Rajoy es posible)
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