miércoles, 23 de diciembre de 2009

Villancicos-bien

Sin meterme en lo que penséis acerca de la navidad o no, una cosa es bastante evidente: hay bastante gente que está un poco hasta las narices de los mismos villancicos todos los años. O al menos, esa es mi sensación.

No voy a negar que en los villancicos, haya veces que, por lo menos yo, tengamos la sensación de que dicen cosas que son auténticas animaladas que pffff... El exponente máximo de esto son las oraciones, cierto, pero bueno, no negaré algo que creo recordar que pensaba.  Tampoco voy a negar que los villancicos puedan ser extremadamente... infantiles. Hoy no estoy aquí para criticar nada a nadie, para empezar porque yo mismo me lo paso bien. Así que no. Simplemente, hoy quiero juntar unos pocas, si no villancicos al menos canciones navideñas o que tienen que ver, que no sólo sean los típicos de siempre y que, de paso, estén bien.

Hete aquí mi aportación. Espero que os gusten. Sí. Hay un buen puñado, cinco concretamente, cierto. Pero bueno, es tan fácil como mirar cuál apetece escuchar/dejarlo de fondo ^^ A ver si alguno os animáis y ponéis alguno :-D

DO THEY KNOW IT'S CHRISTMAS? - Aid

IN DULCE JUBILO - Mike Olfield  (instrumental)

CHRISTMAS IS THE TIME TO SAY I LOVE YOU - Billy Squier

CHRISTMAS SONG - Jethro Tull

STOP THE CAVALRY - Jona Lewie


Mueren y mueren los peces en el río, pero mira cómo mueren, por los residuos radioactivos


viernes, 18 de diciembre de 2009

Orígenes

Cuando uno tiene que estudiar, creo que existe una ley (y si no la existe, ya están tardando en oficializarla) que dice que te entretendrás en las chorradas más enormes que encuentres. Hete aquí que yo el otro día abro una carpeta, y entre otras, leo unas frases que podrían resumirse como "David, cuando estés triste, piensa en la Grande recibiendo una buena clase de física - Fdo: Rubén" 

He de admitir que, como poco, una sonrisa brotó en mi cara. Aquella hoja era una cursilada que hacíamos en el colegio en las convivencias, en la que la people te ponía lo que quería. Desde luego, encontrabas cosas bastante falsas, pero ,aun sin ser nada del otro mundo, había otras realmente bonitas. Digan lo que digan. La de Rubén arriba puesta era genial, por ejemplo :-D

¿Ñoño? Sí, si recordar todo tipo de sucesos felizmente es ñoño, pues lo soy. Soy tremendamente ñoño. No me resulta complicado recordar con una sonrisa en la cara, y alegrarme así el día. En mi habitación tengo colgadas un par de fotos que vienen a confirmar un poco lo que digo. En una salgo yo mismo de la manita con Guille, cuando tendríamos vete tú a saber si dos años o así. Y justo al lado, salgo con otro par de amigos, Juan y Borja, con cuatro añitos disfrazados de pastorcicos... ji. En fin, que me desvío.

Volviendo al pasado, me pongo a pensar en por qué me metí en el mundo de los blogs. Me viene a mente que por aquel entonces creé mi primer blog:"Y aquí estoy yo (o al menos, eso ponía en las instrucciones)" Realmente, la situación exacta por la que me metí en este mundillo no la recuerdo, lo que sí recuerdo es que no se lo dije a nadie. En la primera entrada, las frases que justificaban la creación del blog eran 

Hace un tiempo, durante una época no muy brillante a nivel personal que digamos, me comentaba un amigo de escribir por ahí para desahogarte y pasar el rato... pues bueno. La cuestión era, y es: ¿y realmente le importa a alguien? ¿Y para eso por qué no coges un documento de Word y te pones a desvariar un rato? Pues bueno, a mí que me gusta investigar, vamos a comprobar si esto que me decía es cierto. ¿Lo hará él?

Si he de opinar, me atrevo a apostar que frases del estilo, quizá con tono más depresivo en ocasiones, puedan ser el motivo que ha llevado a alguna gente a escribir un blog. Ése primer intento en concreto me duró aproximadamente nada, si no me voy demasiado en mi memoria. Luego hice otra paranoia en la que no merece entrar a más, y dejé el mundo de los blogs hasta que, acabando bachiller, no recuerdo exactamente cómo, le dejé caer al atlante la idea de hacer un blog entre los dos, como encontrándolo divertido. Pasar un buen rato, ése era el motivo. La idea tardó un poco en cuajar, y hasta que no empezó el primer año en la universidad, no arrancamos. Pero arrancamos, que es de las cosas más complicadas siempre. Vete tú a saber por qué cuesta tanto con cosas que te apetece hacer :-S

A este motivo, como es pasar un buen rato a costa de los dem... con los amigos, pronto no tardé en añadirle otro, menos importante pero fundamental para justificar el blog, y no otra cosa distinta. El poder escribir. Si hay algo que añoro en ingeniería, es poder redactar. Las opciones eran dos: o empezar a hacer historietas (el problema es que la idea tiene que parecerme original para que me ponga en serio... y en general, siempre que escribía historietas, no es que estuviera particularmente feliz) o empezar a desbarrar en Palabra de Dos. Y bueno, principalmente opté por la segunda, con los resultados aquí presentes: más de 100 entradas entre todos los que participamos aquí, además de un puñadete de coñas y varios temas de conversación... como poco, para sacarnos una sonrisita de orgullo, ¿no creéis? :-D

Hoy, simplemente quería volver atrás y, contándoos de paso por qué empecé y algún motivo de porque sigo yo en esto de los blog, sonreír. Me encantaría que simplemente  con el pensamiento del "volviendo atrás", "algo" os haya venido a mente (aunque entiendo que no he buscado eso con ahínco, así que lo lógico es que no lo haya conseguido) y también os hayáis sonreido por un instante, sería genial. Y cerrando el lazo de la entrada, un poco ñoño. 

Vaya por dios, ¿verdad? ^^

En fin señores, os dejo con una canción que también me alegra la tarde. "La vida es bonita, pero a veces complicada" (da igual), de Els Pets. Muy bonita, la verdad, absolutamente relajante y a mí me parece relativamente positiva, aunque cabrían interpretaciones. Si alguno queréis saber qué dice la letra... decidlo :-P Lo que creo que estoy relativamente seguro es que traduciré una letra de otra canción de esta gente, que sí que me apetece y con un mensaje que me gustaría ver en muchos sitios. Oh, y la canción me encanta. Como que últimamente la escucho montones de veces. Sed felices

Poder disfrutar de los recuerdos de la vida es vivir dos veces -Marco Valerio Marcial 

jueves, 10 de diciembre de 2009

No es, ni de lejos tan emotiva ni tan profunda como la anterior entrada, pero hay videos que ves buscando sin ton ni son en internet o que algún amigo que mientras está buscando sexo de personajes de manga encuentra y te enseña. Y entonces contraes una obligación. La obligación de colaborar a que su mensaje sea visto y oido por cuantas más personas mejor.

Este video es uno de esos.




Esta subtitulado al español para los que tengais problemas con el ingles en la pestañita que esta en la derecha del todo abajo, le dais y de las dos pestañas que saldrán, la de abajo.

De los mejores cortos de este tipo que he visto nunca :D.



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Pregunta de Yahoo Answer:

¿Por que desde el dia que me intenté suicidar y quemar la casa mi madre quiere que vaya al psicólogo?

lunes, 7 de diciembre de 2009

El poder absoluto

De una vez por todas, creo que he acabado el relato que empecé hace muchísimo. No sé si es el final más apropiado, pero me gusta el toque que le da: abre a la reflexión, de una manera bastante... rara. En fin, acabo de finalizarla, así que evidentemente no será la versión definitiva. De hecho no sé si sería apropiado prolongar el final: por un lado le da algo más de sentido, por el otro lado cierra posibles reflexiones al hacerlo más cerrado... en fin, ya veréis. Desde luego, al menos ya tiene forma coherente todo, mucho más de lo que he logrado hasta ahora. Andaba un poco falto de imaginación, y de hecho no sé si el final es muy imaginativo. Pero es la idea que más me ha gustado de todas las que se me han ocurrido. Quién sabe, si aparece alguna idea buena, quizá lo cambie por completo XD

Así que os la dejo aquí. Puede parecer tocho, pero eso es porque el blog es estrecho... realmente es cortita (2300 palabras). A ver qué os parece. Las críticas son muy muy de agradecer, ¡y las alabanzas la leche! ^^ No hombre... qué carajo, ¡sí hombre! Nah, pero mismamente, de hecho la redacción del final a mí no me acaba de convencer del todo, así que fácil que por ahí cambie alguna cosa (-otra vez)

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Una mueca confiada asoma en mi rostro, mientras aparto a una transeúnte de mi paso. Es una sensación… hum… ¿cómo describirla? El término más apropiado quizá sea “superioridad”.

EL PODER ABSOLUTO

Contemplar ese continuo ir y venir de personas, sus pieles blandas y calientes, es algo que me turba y excita de forma fascinante. Saber que soy distinto a ellos, que con una simple acción puedo variar radicalmente sus vidas, o sus ya-no-vidas, según cómo lo quiera ver, je. No noto cómo respiran, pero sé que lo hacen… no sé qué sienten, pero conozco indubitablemente que sus mentes son tan complejas como la mía. Pero yo tengo un poder que ellos no tienen y que aquí, en la calle, nadie puede impedirme usar.  ¿Quizá los que vayan en grupo? No, no, esa sensación de seguridad es carente de fundamento, sólo he de reiterar más veces el proceso. ¿Puede que desconocidos que actuasen contra mí? La sociedad hoy en día es demasiado egoísta para ello, ya no hay héroes. Están solos,  sólo ellos y yo. Y mi bolsillo. La pistola de mi bolsillo.

Siento como si yo fuese el Fin, la señora de la guadaña, el segador de vidas. Resulta irónico que, embebido como voy en mi abrigo de terciopelo negro, sea capaz de visualizarme como si fuera tales erradicadores de vida, con la llave que abre el paso al más allá firmemente prieta en mi mano. Soy como ellos. Puedo ver el fino hilo que es cada una de esas vidas. Lo percibo más intensamente que  nadie a mi alrededor, mucho más fino de lo que piensan, no son conscientes… Cada uno residiendo sórdidamente en su rimbombante cotidianeidad, refugiados de cualquier interrupción que dé emoción a sus vidas… ¿Son libres? ¡No! ¡No lo son! Pero  voy a liberarles, mi mano ejecutora no será menos letal que los señores de la muerte.  Tengo el poder.

¿Con quién debería  comenzar mi reinado? Me golpeo con el hombro de un señor de voluptuoso bigote y humeante pipa, sombrero y regia bufanda, elegante abrigo;  con un porte que indica claramente que es miembro de la supuesta clase alta. No me mira, no hace el más mínimo gesto por disculparse… ¿debería ser con él con quien actuase por primera vez mi mano, esta mano de dios? No, no merece la pena… su vida es vulgar,  el recrearse en la abundancia sólo es miedo a disfrutar los verdaderos placeres de ésta. Oh… pero quizá ella sí. Ella, abriéndome sin quererlo el camino, en plena flor de la infancia… ¡cuán cruel es arrebatar la savia de este capullo antes de que abra y muestre su belleza al mundo! Pero, ¿no es acaso la vida cruel? ¿Merece la pena percibir tal cual es este mundo decrépito y marginal? ¿Debo permitir que sea consciente del dolor y el sufrimiento?  Sé que no. Sé que la felicidad reside en la ignorancia… Es definitivo, esta niña de afiladas coletas e inconscientes ojos azules debe desaparecer tal y como es hoy.

Me gusta la sensación que uno siente cuando rasca algo metálico. Acaricio mi arma, un pequeño cañón que sólo muestra su verdadero tamaño a la hora de la verdad, y siento un extraño placer al saber que soy yo quien lo domina. Sumido en mi entusiasta recreación, la tomo por la fría empuñadura, introduzco el dedo en el gatillo y la oculto tras el abrigo, fuera ya de la caverna donde la ocultaba. Llevo  la otra mano al extremo superior de la robusta estructura, y cargo. Sonrío. Está allí, con su mamita querida, tan pequeña y vulnerable… tan feliz…

-          ¡Hey Marc! ¿Qué tal estás?

¡Pero será…! ¿¡Cómo se atreve!? Ese bramar femenino… Dios mío, es que le trituraría la cara, pero debo ocultar presto mi desgarradora, que la muy impertinente se me acerca rápido. Sus dorados cabellos se agolpan de forma desordenada, azotados por el gélido viento que sopla en la calle. Corriendo, llega hasta aquí… oh no, ¡oh no!, ¡es que encima se me abalanza! Cuida con el bolsillo Marc, cuida con el bolsillo y guarda las formas. La abrazo con fuerza, ella a mí, mientras intercambiamos los irreales besos de rigor.

-          Muy bien Clara, aquí, paseando un ratito… tomando el aire… esas cosas, ya sabes. ¿Y tú qué haces por aquí?

-          De camino a casa de la Natalia, que hemos quedado ahora enseguida.

-          ¿Sí? ¿Te acompaño y charlamos un rato? ¡Que hace mucho que no nos vemos!

Sí sí, tú asiente, que ya verás la charla que vamos a tener tú y yo. ¡Lo que voy a disfrutar! Y es que resulta todavía más emocionante y turbador el cariz de película que está tomando mi destino: antes de actuar, puedo jugar con los últimos minutos, transformarme en el auténtico director que conduzca al definitivo puerto este camino, puedo convertirme en el subjetivo juez que es auténticamente capaz de ejecutar la sentencia con total justicia. Es genial.  Me resulta irónico que tantas y tantas veces, los refrancillos y dichos populares estén tan soberanamente equivocados: la venganza no tiene por qué ser un plato que se sirva frío. Para ejemplo, el que voy a ver… bueno, a hacer, ahora mismo. ¿Cómo podría ser? ¿Otro estúpido beso, el de despedida, dejará descubierto su cuello? Hum, demasiado breve… extremadamente sutil. Ella no sería consciente del veredicto. ¿Quizá forzándola a entrar en mi piso, en lugar del de Natalia? Ahí podría proseguir con el culmen de mi represalia, el fin de este estorbo.  No tendría que ser muy difícil, mi piso está justo junto al de su destino. Je. Me parece que ya he tomado una decisión. Tú te vienes conmigo, Clarita.

-            el viaje fue genial, ya te digo que tienes que ver cómo son las vistas desde el balcón que hay sobre Iguazú. Buf, es que fue impresionante.  Tendrías que ver las fotos, son todas una chulada. ¿No has hecho tú nada especial estos días?

-          Oh mira, pues ayer encontré por la calle una cosa que quiero hacer servir. Promete ser una experiencia asombrosa.

-          ¿El qué, el qué?

-          ¿Quieres verlo? Bueno,  si es que ahora no tengo nada que hacer… si te quieres meter un momento en casa, lo montamos. Así lo vemos los dos.

-          ¿Pero qué es?

-          Una cosa muy especial. Lo que no sé es si a ti te va a gustar o no, pero a mí personalmente me promete ser una experiencia sencillamente alucinante – no puedo reprimir una sonrisa, tengo demasiado estilo - ¿Te subes o no? Porque lo que es llegar, ya hemos llegado a casa.

Ya eres mía. Sólo esta puerta ya abierta, dos pisos de escaleras y otro cerrojo se interponen en el  vernos bajo una atmósfera menos ñoña que esta asfixiante botaratez que acompaña a la conversación. Necesito sentirte, amiga mía… sigues ahí, en el bolsillo. Impertérrita como siempre, aguardando la hora en que ambos nos presentemos en sociedad ante la calamidad y como solución a ella. Tranquila, ya queda poco. Cómo me place sentirte cerca, cuánto necesito la paz que tú me transmites, esa sensación de actuar por el bien universal. Aunque yo tiemble de nervios ante lo que se avecina, tú estás ahí, helada y expectante, y aun frente a tu impasibilidad eres muy consciente de lo que te rodea.

-          ¡Hola Clara! ¡Hola Marc! ¿Qué tal estás? Entra Clara entra, que ahora voy

-          ¡Hola Nati! Oye, que iba un momento a enseñarme este no sé qué cosa, ¿te importa? Es más, ¿te quieres venir? Vaya… puede, ¿no?

¿Cómo puede ser? Madre mía, impertinente, ¡y encima tiene una jeta que no se sostiene por si sola! ¿Pero se puede saber por qué me pasa a mí esto?  Anda que también, estar Natalia sacando la basura a estas horas de la tarde, como poco es poca y mala fortuna – además de totalmente repugnante. Lo que tengo muy claro es que estas dos no entran juntas en mi casa ni desnudas. Tengo que improvisar, rápido.  Algo en mi bolsillo se mueve… el teléfono.

-          ¿Sí? ¡Hoooola Quim! ¿Qué tal estás? … ¿Que si estoy dónde? En casa, evidentemente… ¿Que si no me acuerdo de…? ¡Ostras! ¡Que habíamos quedado! Pues súbete a casa, súbete. Te espero – la voz al otro lado del auricular cesa, y repetidos pitidos me indican el final de la llamada – Perdonadme chicas, pero resulta que Quim y yo teníamos que montar una cosilla, así que ahora no podrá ser.

 Parece que, por una vez, la suerte se ha aliado conmigo, y mi buen amigo Joaquim ha llamado al móvil en el momento más apropiado. Bueno parejita, me parece que sintiéndolo mucho os voy a tener que despedir.  Qué pena… Joder, y es que además de veras lo siento…  pero por ti, mi alma. No es justo, y dudo que sea cómodo, que estés todo el rato aprisionada contra mi torso, agazapada en el bolsillo. Los nuevos besos de despedida dejan al descubierto el cuello de Clara, que no hace si no mostrarme que quizá haya errado en mi elección. No es justo. Abro la puerta, entro en mi destartalado piso, lo recorro raudo atravesando los pasillos estrepitosamente  y con fuerza me arrojo sobre mi cama, que bota ante mi impacto.

No, no, no. ¡Es que no es justo, leñe! ¿Por qué me impiden colaborar en la creación de un mundo mejor? ¿Por qué…? Dos intentos, y ambos se han ido veloz y directamente al garete. Narices, eso es lo que manda. Pero bueno… el tiempo pasado ya pasó, el futuro lo elegiré yo… y sólo con lo que moldee desde este presente. ¿Qué presente? El de Quim. El mío. Y el tuyo, pistola, que ahora habrá de llegar. Tengo poco rato para pensar cómo podría usarte de manera realmente alucinante, para demostrar que soy quien soy de una manera… elegante. Ése sería el término, sí. Creo que lo más adecuado será hacer lo que iba a hacer con Clara: seguir el surco de la corriente, permitir que todo fluya como si ningún excepcional acontecimiento fuese a tener lugar, y llegado el momento clave mostrar la falsedad de ese enunciado. Puede que sea reiterativo, pero es sutil. Y me gusta.

Suena el timbre.  Las dudas me atenazan de nuevo: Aún no sé cómo actuar… lo pienso, e intentar jugar ya ha dado mal resultado una vez, ¿por qué debería de funcionar ahora? Otra opción muy válida es abrir ya y tan ya como abro meterle mi alma entre sus sesos. Con sólo afianzar la tuerca… bueno, pulsar el gatillo, mi alma y la de Quim quedarán unidas irrevocablemente.  Aunque... eso no es emocionante. Y es más, esas dos energúmenas puede que sigan por la escalera jodiéndome mis brillantes ideas. ¿Qué puedo hacer? ¿Qué? El guión sigo redactándolo yo, y nadie más. Hum… Oh, qué gran idea… tiro al blanco. Obligo a Quim a saltar por la ventana, y mientras cae la garra de mi cercenadora se abre camino tras él. La victoria puede ser del vacío o mía, y mi puesta en escena  en caso de lograr la victoria ser sencillamente sublime… ¿pero y si por algún casual perdiese? Eso sería humillante y por descontado no tendría estilo alguno… no, no, debo abogar por algo más fiable.

De nuevo llama a la puerta. Hum… ¿qué hago, qué hago? “¡Voy, un momento!” 

A ver… vamos a pensar desde el principio. ¿Cuál es mi objetivo? ¡Si es que lo acabo de decir! Librar a la gente de su existencia en este plano, vivir aquí no merece la pena y yo debo ser quien se encargue de que su sufrimiento no se prolongue más, si es que lo merecen. Y es que mi problema es que en general no lo merecen, ellos no sólo lo han buscado, si no que lo han hallado y lo realimentan con un espíritu de fuego realmente conmovedor, y que a mí me altera negativamente de una manera harto insospechada… pero Quim es distinto a todos ellos. Quim es mi amigo, y a mis amigos los quiero… Debo protegerles, no deseo que sufran ni mucho menos que yerren como el resto de seres vulgares que nos acompañan. Sí, definitivamente este es mi justo objetivo  ¿Abro la puerta y lo libero? Sencillo, efectivo y despiadado a ojos del público. En cuanto a esas dos, me trae sin cuidado las memeces que se les puedan ocurrir. Tiene estilo, y además logro arribar a mi meta. Llevo la mano al brillante pomo que dará fin a este acto, la otra ya hurga en el bolsillo donde se encuentra el arma.

… cuál es mi objetivo…

Mi objetivo es evitar el dolor de la gente en este mundo, voy a acabar con él para ti, Quim… Siento que tengo que protegerte, amigo mío. Vamos a acabar con esto. Gira, torno

… cuál es mi objetivo…

Yo seré el Fin, la señora de la guadaña, el segador de vidas.  Sí, resulta irónico, pero lo que es irónico es que no sea capaz de imitarles. Mis ideales son firmes, ¿entonces por qué no? Después tendré que reflexionar acerca de ello. Ahora,  es el día D y la hora H. Es el turno de que el torno ruede sobre sí.

Pomo, rueda sobre tí

… cuál es mi objetivo…

¡Ábrete puerta!

-          ¡Quieto quieto quieto, no des ni un solo paso! ¡Hacia dentro, cabrón, las manos donde las vea! ¡Venga, corre, rápido… al fondo del pasillo, al comedor! ¡Más rápido, venga, camina, que no tengo todo el día! ¡Vamos, vamos, vamos! ¡Siéntate, y estate quieto! ¡Que te estés quieto he dicho, joder!

¡Pum!

Quim bufó sobre su alma metálica, y la escondió de nuevo próxima a su corazón, allí donde el calor del segundo y el gélido hálito del primero se enlazaban.  Se quedó mirando el cuerpo de su amigo - antiguo amigo, más bien - allí tendido, y mientras contemplaba  la pistola de Marc, escupió unas palabras que parecieron retumbar por la habitación

-          ¿Acaso crees que puedes jugar a ser dios?